noviembre 4, 2022
El factoring y el crédito tienen la capacidad de traer liquidez y financiación, pero ¿sabes realmente cuál te conviene más? Si buscas nuevas formas de financiación en tu empresa, este artículo te interesa. Hoy te ayudaremos a decidir entre el factoring y los créditos. Para eso, te explicaremos qué son, cómo funcionan y qué beneficia más a tu empresa.
Según Ernst & Young (2021), el factoringes un sistema de financiación que aporta liquidez instantánea a las empresas mediante la venta de cuentas por cobrar. Un ejemplo aclarará mejor este concepto. Imagina que tienes una empresa de telas y vendes 100 kg a crédito a una empresa que fabrica camisetas. El dinero de las telas no llegará hasta dentro de un mes, pero tú no te puedes dar el lujo de esperar. Allí es cuando recurres al factoring. En este modelo, la empresa de factoring te paga hoy el valor de la factura, menos una comisión. Cuando llegue el momento del pago, tu cliente entregará el dinero directamente a la empresa de factoring. Según Alejandro Rasteletti del BID, este modelo coge cada vez más fuerza en Colombia dada la importancia de cuidar el efectivo de las PYMES (La República, 2021). Los créditos, por su parte, también te dan liquidez instantánea y pueden ayudarte a financiar tu negocio tanto a corto como a largo plazo. Sin embargo, su naturaleza es distinta.
De acuerdo a la Corporación Financiera Internacional (2021), al crédito recurres no solo en busca de liquidez, sino también cuando crecer es una necesidad. Por ejemplo, imagina que tienes una panadería y el pan que vendes ha superado las expectativas de tus clientes. La demanda es altísima, y tú no puedes asumirla toda porque la falta de maquinaria. Sabes que necesitas crecer, pero difícilmente podrás hacerlo con tus ingresos actuales. La deuda entonces encajaría perfectamente y te ayudaría a aprovechar la creciente demanda. Afortunadamente, las nuevas tecnologías facilitan el proceso de acceder tanto a crédito como a factoring. Ninguno supera al otro, cada uno atiende necesidades distintas. Debes saber entonces cuál necesitas más, si la liquidez instantánea del factoring, o la posibilidad de crecimiento del crédito.
Ambos productos son funcionales, sin embargo, el hecho de que le haya servido a unos, no es garantía de que te funcionará igual a ti.
La decisión de tomar alguno de estos dos productos debe justificarse netamente en tus necesidades financieras. Por ejemplo, si estás empezando una empresa y tu negocio no está probado del todo, posiblemente no tendrás mucha capacidad de endeudamiento. En este caso, la opción del factoring te daría la liquidez necesaria y algunos créditos pequeños te podrían ayudar a validar tu idea. Si el problema en tu empresa no son los pagos a crédito de tus clientes, sino la falta de recursos en el momento para aprovechar las oportunidades de expansión, pues un crédito te beneficiaría más. Por el contrario, si tu negocio está creciendo, pero los pagos tardíos de tus clientes limitan tu expansión, pues combinar el factoring y el crédito podría funcionar. Por un lado obtienes liquidez, y por otro la posibilidad de crecer sabiendo que tienes buena capacidad de endeudamiento.
La diferencia en disponibilidad varía entre entidades financieras. De hecho, las Fintechs como Finaktiva han digitalizado el proceso de principio a fin, lo cual lo ha hecho más ágil y sin tanta burocracia. Por su parte, debido a la naturaleza del factoring, este suele tener menos procesos de trámite. Eso, sumado a la digitalización, lo hace una opción sencilla y con mejores tiempos para los empresarios.
En el sistema financiero, los préstamos se registran como deuda, mientras que con el factoring no. Al no registrarse como deuda, no se afectará tu historial crediticio, ni para bien ni para mal. Sin embargo, tampoco podrás disfrutar de los beneficios fiscales que te brinda el crédito, como las deducciones. En ambos casos, el endeudamiento dependerá de tu capacidad de pago.
Al vender la factura, también te despreocupas por el cobro en el futuro. En algunos casos, esa gestión de cobros estará a cargo de la empresa de factoring que compró tus facturas. Con el crédito puede que obtengas los recursos, pero aún eres responsable de cobrar las facturas en el futuro.
Si a menudo no logras cubrir tus cuentas, el factoring y el crédito te pueden ayudar; sin embargo, el problema puede estar en otra parte. Conocer los detalles de tus gastos, costos e ingresos te ayudará a calibrar la urgencia de efectivo en tu empresa. Si tu necesidad es específica, el factoring y el crédito pueden ser un salvavidas. Pero si es algo constante, puede que debas ajustar tu estrategia.
Pedir prestado en exceso puede ser tan perjudicial como no pedir lo suficiente. Ahora, para saber cuánto necesitas, primero deberás responder una pregunta ¿cuál es tu estructura de capital óptima? En otras palabras, ¿cuál será la combinación ideal entre deuda y recursos propios para financiar tu empresa? Esta combinación depende de muchos factores: riesgo, tasas de interés, etapa de vida, carga tributaria, entre otras. Sin embargo, independiente de la combinación que elijas, debes siempre saber hasta dónde puedes asumir deuda. Eso se llama capacidad de endeudamiento. No hay una métrica exacta para medir la capacidad de endeudamiento. No obstante, analizar tu flujo de caja y el EBITDA pueden ser un buen punto de partida. La relación entre deuda total y EBITDA, se suele utilizar como medidor de capacidad de endeudamiento. Esa relación te dirá cuánto dinero tienes disponible antes de que la empresa deba pagar impuestos y otros intereses.
Los costos varían dependiendo del método que elijas. Mientras que en un crédito se cobra un interés pactado desde el principio, en el factoring se te descuenta una parte de la factura a cobrar. Cuando entiendes esos costos, optimizarlos es una prioridad. En este sentido, muchas veces sale mejor combinar ambos métodos; es decir, una parte en factoring y otra en crédito. Para encontrar la mejor optimización, debes tener en cuenta una cosa: tu flujo de caja. Si el dinero rota rápido, podrás asumir más deudas. En conclusión, obtener liquidez y el flujo de capital son una necesidad creciente en las pequeñas y medianas empresas. Si cubres tus necesidades de financiación a corto plazo, tendrás más margen de crecimiento a largo plazo. Bien lo dijo Sir Richard Branson: el principal asesino empresarial es el flujo pobre de efectivo (CNBC, s.f.). Una de las muchas formas de proteger tu flujo de dinero es con el factoring o los créditos. Si eres empresario, buscas contenido especializado y necesitas nuevas opciones para financiar los proyectos de tu empresa, visita Finaktiva. Allí podrás encontrar en minutos los fondos que tu empresa necesita, bien sea a través de crédito o factoring.
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